Beijing sigue siendo nuestra agenda y exigimos su cumplimiento sin reducciones ni simplificaciones. Hoy los Estados afirman que “no quieran dejar nadie atrás” somos nosotras quienes no aceptamos ningún retroceso y no vamos a permitir que nos dejen atrás.
¡Nada sobre nosotras, sin nosotras!
El Acuerdo Nacional por una Vida Libre de Violencias tuvo como particularidad el trabajo de acercamiento para el establecimiento de consenso con autoridades de los diversos niveles de gobierno en el territorio, así como con gobernadoras y gobernadores como actores claves en el compromiso de fortalecimiento de los sistemas especializados de protección de derechos. Con esta visión, durante el proceso de construcción de los acuerdos locales se logró la participación de 163 autoridades locales.
Las organizaciones feministas y de mujeres realizamos importantes movilizaciones sociales desde el 2011 hasta el 2014 previa la aprobación del Código Integral Penal.
Nuestro objetivo de mejorar los tipos penales de violencia contra las mujeres se cumplieron parcialmente mientras que nuestras demandas de introducir la figura de feminicidio, despenalización del aborto en casos de violación fueron obstruidas desde la presidencia de la república.
En el marco del retorno a la democracia, la década de los 80s fue un contexto de organización y movilización de las mujeres inspirados en el naciente feminismo en América Latina y el Caribe.
Así, se realizaron los dos primeros encuentros feministas en el Ecuador que sembraron identidades de un movimiento regional que es imparable en el siglo 21.
El retorno a la democracia
Organización y demandas sociales y populares nacieron, crecieron y se multiplicaron. Las mujeres participamos en todos esos procesos en los movimientos sindical, indígena, estudiantil y por supuesto en las organizaciones autónomas del movimiento feminista y de mujeres!